4 consejos para hablar con tus pacientes y que te entiendan
Seguro que más de una vez te ha pasado que llega un paciente a la consulta para que le expliques lo que le ha dicho otro médico especialista: «Es que no entendía lo que me decía y no me atrevía a preguntar». Es posible que tampoco tú consigas explicarte bien, porque lograr una buena comunicación requiere entrenamiento. Aquí te damos 4 consejos para informar a tus pacientes y que te entiendan.
1. Primero, escucha
Para informar adecuadamente, primero hay que escuchar. Y con escuchar nos referimos a lo que se dice y también a lo que se calla. Lo que el paciente pregunta no siempre es lo que de verdad le preocupa. Por ejemplo, una mujer puede preguntarte sobre la candidiasis vaginal en general, cuando lo que le interesa de verdad es si se la puede haber contagiado su pareja.
A la hora de informar, debes encontrar un equilibrio entre lo que tú quieres que le quede claro al paciente (por qué y cómo debe tomar la medicación, consecuencias de no hacerlo…) y lo que a él le preocupa. Además, la información tiene que basarse en lo que él ya sabe, de forma que no pierdas el tiempo en explicar lo innecesario, pero tampoco obvies información importante que presupongas conocida. Para descubrir todo esto, escucha y pregunta.
2. Estructura la información
Mentalmente, agrupa en categorías ordenadas lo que vas a explicar; por ejemplo, qué esperar del tratamiento, instrucciones de cómo tomarlo y siguientes pasos. Puedes indicarle al paciente que eso es de lo que hablarás, de modo que pueda expresar si algo ya lo conoce.
Dentro de cada categoría, empieza siempre por lo más importante. Está demostrado que las personas recuerdan mejor lo que se les dice primero. Para remarcar también otros contenidos importantes, enfatízalos, tanto repitiéndolos como expresando claramente que eso es relevante: «Recuerda bien que debes tomarlo después de comer, para que no te siente mal».
3. Simplifica el mensaje
Trata de adecuar el mensaje al nivel educativo del paciente. Con independencia de este, hay ciertas recomendaciones que se ajustan a todo el mundo (piensa que todos preferimos entender a la primera, sin realizar demasiado esfuerzo mental):
- Usa frases y palabras cortas y sencillas.
- Puedes usar términos técnicos, siempre y cuando sepas que el paciente los va a entender. No es lo mismo hablarle de la hemoglobina glicosilada a un diabético recién diagnosticado que a uno que lleva toda la vida pinchándose insulina.
- Utiliza ejemplos, símiles y metáforas.
- Sé específico. Si tu paciente es obeso, dile que debe adelgazar 10 kilos en 6 meses, en vez de «Tienes que perder peso». Luego, indícale cómo hacerlo.
4. Ahora le toca al paciente
Una vez que hayas terminado, debes asegurarte de que el paciente realmente lo ha comprendido todo. Para ello, pídele que resuma lo más importante. Una forma de que no se ofenda porque crea que lo tomas por tonto, es hacerte el tonto tú: «¿Puedes repetirme lo que te he explicado? Para asegurarme de que no me he olvidado nada…».
Aprovecha para corregir los conceptos erróneos y reforzar los esenciales y, para terminar, anima al paciente a preguntar todas sus dudas.
La comunicación es un arte. Si quieres seguir aprendiendo a explicarte mejor, te recomendamos esta píldora formativa, llena de consejos prácticos que puedes aplicar desde ya.
Referencias
- Debrouwere I. La comunicación médico-paciente en la consulta médica. Quito; 2008.
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